2 de enero de 2010

Redadas policiales – controles de identidad o los cupos de la vergüenza



Un día cualquiera de la semana, 7 de la tarde: un dispositivo policial instalado en la puerta del metro se dedica a detener a todas las mujeres pelirrojas que llevan carrito de la compra por aparcar el coche en doble fila (Aparcar en doble fila constituye una falta administrativa, equivalente al hecho de no poseer el permiso de residencia y trabajo que la ley de extranjería exige a los/as trabajadores/as inmigrantes )*, a muchas de ellas las detienen y las conducen a centros de internamiento durante 40 días… Esta situación seguramente nos sorprendería y a muchos/as causaría indignación, sin embargo ocurre todos los días y ya parece algo normal. Claro que los controles de identidad no se dirigen a las mujeres pelirrojas que van a la compra si no a aquellas personas que por sus rasgos físicos parecen inmigrantes. En este caso el discurso de que “algo habrán hecho” o la tan mediática proclama de la necesidad de “controlar la inmigración irregular” parece justificar que podamos convivir con el acoso permanente a buena parte de nuestros/as vecinos/as y al apuntalamiento de un control social que limita las libertades de todos/as.
“Los inmigrantes nos quitan el trabajo”, “hay más delincuencia y más inseguridad en los barrios con más inmigrantes”, etc. son viejas consignas que no sólo nos dividen a los trabajadores/as y vecinos/as, sea cual sea nuestro lugar de procedencia, sino que desvían la atención de los verdaderos responsables. Porque ¿no crean acaso más inseguridad los empresarios y sus EREs que han dejado en la calle a miles de trabajadores/as?, ¿la patronal con sus sueldos millonarios y sus recomendaciones de bajar los salarios, y no los suyos precisamente?, ¿la privatización de la sanidad?, o ¿los políticos que usan la crisis para reforzar el sistema?

Pero así estamos, aguantando y contemplando impasibles lo que se nos viene encima y permitiendo controles policiales racistas y xenófobos en nuestras calles. Sin embargo, algunos/as creemos que algo tenemos que hacer, y por eso llevamos un tiempo pensando en organizar una propuesta colectiva, abierta, horizontal, independiente de partidos políticos, integrada por la gente de los barrios a la que hemos llamado: Brigadas Vecinales de Observación de Derechos Humanos.
Frente a la naturalización de la represión y la discriminación pensamos que tenemos la posibilidad y la responsabilidad de actuar, individual y colectivamente, para hacer que el control, que en definitiva nos afecta a todos/as, vuelva a ser motivo de perplejidad e indignación. Por eso pensamos que hay que visibilizar estas situaciones de injusticia y practicar la ayuda mutua y la solidaridad.
Algunos/as vecinos/as nos hemos juntado para observar y denunciar la violación de los derechos fundamentales en nuestros barrios. Queremos romper con la indiferencia, promover el conocimiento de nuestros derechos, responder ante las políticas de control y represión social y policial, acabar con toda actuación discriminatoria por raza, etnia, origen, clase, género, opción sexual… y repudiar la persecución y criminalización de los/as migrantes, que se ceba especialmente en quienes no tienen permiso de trabajo y residencia.
Si quieres contactar con nosotros/as o formar parte de las Brigadas, puedes escribirnos a: brigadasvecinales_ddhh@nodo50.org